lunes, 7 de julio de 2014

Los "sanfermines" pero fraternales socialistas

        
Los tres candidatos (de izda a dcha): Madina, Sánchez y Pérez Tapias. Fuente: AFP

        Tradicionalmente, el 7 de julio es el día en el que dan comienzo los Sanfermines, donde los participantes corren desesperadamente para salir indemnes de las acometidas de los furiosos astados que también luchan entre ellos por ser el primero en llegar triunfante al ruedo. Unas cuantas horas después, a las 1 de la tarde se celebraba en la calle Ferraz de Madrid el primer debate entre candidatos a Secretario General del Partido Socialista Obrero Español, un debate que prometía ser histórico, pues nunca antes había tenido lugar un acontecimiento político de tales características en nuestro país, de ahí que la expectación generada haya sido grande. Se preveían unos grandes “Sanfermines” socialistas, en los que se darían una lucha dialéctica entre los tres candidatos, Pedro Sánchez, José Antonio Pérez Tapias y Eduardo Madina.
            Sin embargo, los tres grandes toros que parecían bravos, se han visto transformados en fraternales abantos. Es cierto que es el primer debate intra-partido que se celebra en nuestro país, pero daba la impresión de haberse celebrado de manera muy improvisada, sobre la marcha, no dando tiempo (tan sólo 115 minutos) a que los aspirantes confronten ideas y el espectador, o futuro votante, pueda ver con claridad cuáles son las propuestas de cada candidato. En un espacio tan reducido de tiempo, era normal que los tres postulantes a ocupar el cargo de Secretario General terminarán dándose la razón los unos a los otros y haciendo confluir las propuestas para vertebrar un mensaje de unidad con el cual presentarse al electorado.
            Empezaba a defender su postura el “militante de base” Pedro Sánchez, que a priori parte como favorito para acceder a la Secretaría General por el hecho de haber recogido un mayor número de avales que sus contrincantes (o compañeros, en el argot socialista). Sánchez se presentaba hoy como el candidato más moderado, y ha respondido con creces a esta etiqueta. Se le ha visto como el más seguro de los tres, y el que para el elector transmitía un mensaje de mayor mesura y cercanía. Decidido a transformar la realidad política del país, con propuestas interesantes (como una iniciativa legislativa para regular la “muerte digna”) y con algunas propuestas improvisadas y algo demagógicas que para el votante pueden sonar bien, pero alejadas de cualquier tipo de inteligencia política, como la supresión absoluta del aforamiento de los diputados (algo que inteligentemente ha sido reprobado por Eduardo Madina), ya que la inmunidad penal es fundamental y conditio sine qua non para el buen ejercicio político.
            El segundo candidato, Eduardo Madina, partía como favorito antes de que se hiciera oficial el resultado de los avales recogidos por los diferentes candidatos y que ahora ha perdido algo de fuelle en la carrera por ocupar el sillón de Secretario General del PSOE, y después de lo de hoy vemos por qué. A pesar de que muchas de las propuestas que planteaba Madina para el conjunto de España son bastante inteligentes y están correctamente planteadas, en cambio las propuestas planteadas para transformar pueden hacerle no sólo perder muchos votos, sino además ganarse ciertas enemistades de las cúpulas del partido, a pesar de lo democrático de sus propuestas, pero quizá algo radicales. Tal vez por esta difícilmente superable contradicción, Madina se ha presentado muy nervioso a este debate, lo cual se podía ver en su agresiva gesticulación, cosa que al elector puede no gustarle demasiado. No obstante, Eduardo Madina ha jugado bien sus cartas y ha sabido poner en evidencia en muchas ocasiones a su mayor rival, Pedro Sánchez.
            El tercero en discordia (o primero en concordia, como diría él) ha sido José Antonio Pérez Tapias, líder de la rama de Izquierda Socialista, el ala más marxista del PSOE, que parece no tener ninguna posibilidad de ganar el domingo 13 de julio, pero que ha servido para reintroducir el ideario de Izquierda Socialista en plena ebullición de ideas en el seno del PSOE. Podría parece el más radical de los tres, y de hecho, hoy se ha presentado con un discurso diferenciado del de Madina y Sánchez, pero a la vez también relajado de ideas que probablemente considerarían más alejamiento del militante socialista, de ahí que haya intentado buscar puntos comunes con ambos candidatos, aunque más con Madina que con Sánchez, eso sí.
            Como hemos dicho, el debate se ha celebrado en líneas generales, sin que cada candidato se haya podido pronunciar de una forma más concreta en cada uno de los temas fundamentales, tales como la corrupción la conformación territorial del Estado, aunque sí han dado pequeños retazos. Mientras que Madina y Sánchez apuestan por la reforma constitucional, Pérez Tapias se atreve a dar el paso y sugiere convocar, de manera legal, un referéndum consultivo a la sociedad catalana. Los tres han confluido en que España necesita convertirse en un Estado federal, pero han faltado elementos cognoscitivos para vislumbrar exactamente cuál es el modelo federal que los tres candidatos quieren para España. ¿Unir desuniendo o desunir uniendo? Parece que para todos, la propuesta federal es clave, pero nadie en el Partido Socialista sabe a ciencia cierta cómo debe ser ese federalismo del que todos tanto hablan y con el que tantos se llenan la boca.

            En definitiva, el PSOE ha dado hoy un gran paso en cuanto a cultura política se refiere, pero ha sido un paso frágil e insuficiente. El próximo 13 de julio, todos los militantes socialistas serán convocados a las urnas para decidir quién ocupará el trono del centenario partido: Sánchez, Madina o Pérez Tapias. El resultado no sólo arrojará una cara bonita. El próximo Secretario General del PSOE tendrá que partirse la cara para resolver los problemas del partido, unirlo y, sobre todo, preparar fuerzas para las elecciones generales del año que viene. Todo ello pasando por las trascendentales elecciones municipales de mayo de 2015, importantísima prueba de fuego para un PSOE que ya vio cómo Rubalcaba salió tocado y hundido de las elecciones europeas.  La ciudadanía ya no está dispuesta a aceptar cualquier cosa que le venga dada, y no le bastan proyectos edulcorados ni caras bonitas. Se necesitan hechos, y el PSOE tiene un gran trabajo encima para quitarse la losa del inmovilismo que le ha caído encima. Veremos si este toro tiene más cosas que embestir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario