Los tres candidatos (de izda a dcha): Madina, Sánchez y Pérez Tapias. Fuente: AFP
Tradicionalmente,
el 7 de julio es el día en el que dan comienzo los Sanfermines, donde los
participantes corren desesperadamente para salir indemnes de las acometidas de
los furiosos astados que también luchan entre ellos por ser el primero en llegar
triunfante al ruedo. Unas cuantas horas después, a las 1 de la tarde se
celebraba en la calle Ferraz de Madrid el primer debate entre candidatos a
Secretario General del Partido Socialista Obrero Español, un debate que
prometía ser histórico, pues nunca antes había tenido lugar un acontecimiento
político de tales características en nuestro país, de ahí que la expectación generada
haya sido grande. Se preveían unos grandes “Sanfermines” socialistas, en los
que se darían una lucha dialéctica entre los tres candidatos, Pedro Sánchez,
José Antonio Pérez Tapias y Eduardo Madina.
Sin
embargo, los tres grandes toros que parecían bravos, se han visto transformados
en fraternales abantos. Es cierto que es el primer debate intra-partido que se
celebra en nuestro país, pero daba la impresión de haberse celebrado de manera
muy improvisada, sobre la marcha, no dando tiempo (tan sólo 115 minutos) a que
los aspirantes confronten ideas y el espectador, o futuro votante, pueda ver
con claridad cuáles son las propuestas de cada candidato. En un espacio tan
reducido de tiempo, era normal que los tres postulantes a ocupar el cargo de
Secretario General terminarán dándose la razón los unos a los otros y haciendo
confluir las propuestas para vertebrar un mensaje de unidad con el cual
presentarse al electorado.
Empezaba
a defender su postura el “militante de base” Pedro Sánchez, que a priori parte
como favorito para acceder a la Secretaría General por el hecho de haber recogido
un mayor número de avales que sus contrincantes (o compañeros, en el argot socialista).
Sánchez se presentaba hoy como el candidato más moderado, y ha respondido con
creces a esta etiqueta. Se le ha visto como el más seguro de los tres, y el que
para el elector transmitía un mensaje de mayor mesura y cercanía. Decidido a
transformar la realidad política del país, con propuestas interesantes (como
una iniciativa legislativa para regular la “muerte digna”) y con algunas
propuestas improvisadas y algo demagógicas que para el votante pueden sonar
bien, pero alejadas de cualquier tipo de inteligencia política, como la
supresión absoluta del aforamiento de los diputados (algo que inteligentemente
ha sido reprobado por Eduardo Madina), ya que la inmunidad penal es fundamental
y conditio sine qua non para el buen
ejercicio político.
El
segundo candidato, Eduardo Madina, partía como favorito antes de que se hiciera
oficial el resultado de los avales recogidos por los diferentes candidatos y
que ahora ha perdido algo de fuelle en la carrera por ocupar el sillón de
Secretario General del PSOE, y después de lo de hoy vemos por qué. A pesar de
que muchas de las propuestas que planteaba Madina para el conjunto de España son
bastante inteligentes y están correctamente planteadas, en cambio las
propuestas planteadas para transformar pueden hacerle no sólo perder muchos
votos, sino además ganarse ciertas enemistades de las cúpulas del partido, a
pesar de lo democrático de sus propuestas, pero quizá algo radicales. Tal vez
por esta difícilmente superable contradicción, Madina se ha presentado muy
nervioso a este debate, lo cual se podía ver en su agresiva gesticulación, cosa
que al elector puede no gustarle demasiado. No obstante, Eduardo Madina ha
jugado bien sus cartas y ha sabido poner en evidencia en muchas ocasiones a su
mayor rival, Pedro Sánchez.
El
tercero en discordia (o primero en concordia, como diría él) ha sido José
Antonio Pérez Tapias, líder de la rama de Izquierda Socialista, el ala más
marxista del PSOE, que parece no tener ninguna posibilidad de ganar el domingo
13 de julio, pero que ha servido para reintroducir el ideario de Izquierda
Socialista en plena ebullición de ideas en el seno del PSOE. Podría parece el
más radical de los tres, y de hecho, hoy se ha presentado con un discurso
diferenciado del de Madina y Sánchez, pero a la vez también relajado de ideas
que probablemente considerarían más alejamiento del militante socialista, de
ahí que haya intentado buscar puntos comunes con ambos candidatos, aunque más
con Madina que con Sánchez, eso sí.
Como
hemos dicho, el debate se ha celebrado en líneas generales, sin que cada
candidato se haya podido pronunciar de una forma más concreta en cada uno de
los temas fundamentales, tales como la corrupción la conformación territorial
del Estado, aunque sí han dado pequeños retazos. Mientras que Madina y Sánchez
apuestan por la reforma constitucional, Pérez Tapias se atreve a dar el paso y
sugiere convocar, de manera legal, un referéndum consultivo a la sociedad
catalana. Los tres han confluido en que España necesita convertirse en un
Estado federal, pero han faltado elementos cognoscitivos para vislumbrar
exactamente cuál es el modelo federal que los tres candidatos quieren para
España. ¿Unir desuniendo o desunir uniendo? Parece que para todos, la propuesta
federal es clave, pero nadie en el Partido Socialista sabe a ciencia cierta
cómo debe ser ese federalismo del que todos tanto hablan y con el que tantos se
llenan la boca.
En
definitiva, el PSOE ha dado hoy un gran paso en cuanto a cultura política se
refiere, pero ha sido un paso frágil e insuficiente. El próximo 13 de julio,
todos los militantes socialistas serán convocados a las urnas para decidir
quién ocupará el trono del centenario partido: Sánchez, Madina o Pérez Tapias. El
resultado no sólo arrojará una cara bonita. El próximo Secretario General del
PSOE tendrá que partirse la cara para resolver los problemas del partido,
unirlo y, sobre todo, preparar fuerzas para las elecciones generales del año
que viene. Todo ello pasando por las trascendentales elecciones municipales de
mayo de 2015, importantísima prueba de fuego para un PSOE que ya vio cómo
Rubalcaba salió tocado y hundido de las elecciones europeas. La ciudadanía ya no está dispuesta a aceptar
cualquier cosa que le venga dada, y no le bastan proyectos edulcorados ni caras
bonitas. Se necesitan hechos, y el PSOE tiene un gran trabajo encima para
quitarse la losa del inmovilismo que le ha caído encima. Veremos si este toro
tiene más cosas que embestir.
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